lunes, 6 de mayo de 2013

Un poco de poesía: La palabra

La palabra



…Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan… Me prosterno ante ellas… Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito… Amo tanto las palabras… Las inesperadas… Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen… Vocablos amados… Brillan como perlas de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío… Persigo algunas palabras… Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema… Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas… Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejilo, las liberto… Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola… Todo está en la palabra… Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció. Tienen sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces… Son antiquísimas y recientísimas… Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada… Que buen idioma el mío, que buena lengua heredamos de los conquistadores torvos… Éstos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo… Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas… Por donde pasaban quedaba arrasada la tierra… Pero a los bárbaros se les caían de la tierra de las barbas, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes… el idioma. Salimos perdiendo… Salimos ganando… Se llevaron el oro y nos dejaron el oro… Se lo llevaron todo y nos dejaron todo… Nos dejaron las palabras. 

“La palabra”, Confieso que he vivido, Pablo Neruda
(Buenos Aires, Losada, 1974)




5 comentarios:

  1. (todo está en la palabra) mi frase favorita. He leído el artículo, realmente es muy interesante y sintetiza el amor que el poeta de tener a la palabra. Al fin y al cabo eso es lo único que debe importar. Estamos hechos de palabras... saludos

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  2. ¡Oda a las palabras! A la comunicacion, a la expresion como puente para conocernos, enseñarnos y hasta educarnos, nos guia, nos envuelve, nos molda, nos paraliza, nos alimenta, nos motiva, nos culturiza, nos alienta.... en fin, es un regalo de Dios para el poeta y para todos nosotros.

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  3. La palabra hecha poesía,diplomática, formal, bella.. en fin, la propia poesía.

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  4. La palabra: arma, puente, don, poesía...¡Qué posibilidades infinitas la de la palabra!

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  5. Tremenda alabanza a las palabras, muy justo y pertinente para nosotros, quienes seremos los licenciados de la palabra y de la literatura, sin embargo, al leer el texto de Neruda recordé un poema antagónico ¿o no?, de Roberto Juarroz, sobre una palabrita, o una palabrota, que el autor o acaso nosotros mismos no hemos encontrado aun, tal vez porque no existe para expresar sentimientos tan complejos... El poema es el siguiente:

    Algún día encontraré una palabra
    que penetre en tu vientre y lo fecunde,
    que se pare en tu seno
    como una mano abierta y cerrada al mismo tiempo.

    Hallaré una palabra
    que detenga tu cuerpo y lo dé vuelta,
    que contenga tu cuerpo
    y abra tus ojos como un dios sin nubes
    y te use tu saliva
    y te doble las piernas.
    Tú tal vez no la escuches
    o tal vez no la comprendas.
    No será necesario.
    Irá por tu interior como una rueda
    recorriéndote al fin de punta a punta,
    mujer mía y no mía,
    y no se detendrá ni cuando mueras.

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