jueves, 5 de septiembre de 2013

¡Cada clase de literatura puede ser una aventura!

     Los procesos didácticos, en virtud de su dinamismo, complejidad y de las particularidades propias que le imprimen los diversos contextos escolares, no se expresan de manera unívoca, homogénea, ni pueden "replicarse" en forma idéntica. Las estrategias, métodos, técnicas que planificamos, una cosa son en el papel, pero otra diferente en la práctica: se manifiestan insospechadas dinámicas que nos obligan a estar alertas, agudizar nuestros sentidos, ser curiosos, pacientes, persistentes, estudiosos y reflexivos, e incluso, ¿por qué no afirmarlo?: valientes y aventureros. 
     Aún cuando la incertidumbre siempre estará agazapada, acechando y sorprendiéndonos en el quehacer cotidiano del aula, podemos tolerarla e incluso "domarla" un poco; a esto ayuda la claridad de propósitos y objetivos en la educación literaria, la recursividad, nuestra congruencia y entusiasmo...la forma como planificamos. 
     La planificación para la educación literaria demanda un posicionamiento abierto, flexible, pendular: oscila entre lo científico y lo artístico. El rigor y la diversión, pueden ir de la mano en la tarea de estimular, emocionar, acercar a los/las adolescentes a la lectura y su disfrute, su goce. La experimentación, el ensayo y el error tienen cabida así como el juego, la alegría y la creación. 
       Toda esta "perorata" inicial pretende ser el preámbulo para proporcionarles un material que se espera lean con fruición. No proporciona "recetas", ni soluciones mágicas... ¡sólo es un vistazo, una introducción, pero puede resultar muy orientado!.  Cada quien y cada cual, le otorgará el significado y la relevancia según sus expectativas y necesidades; cada quien y cada cual iniciará su búsqueda personal. Sólo cliqueen aquí http://www.slideshare.net/felipezayas/la-educacin-literaria-cuatro-secuencias-didcticas
y ya veremos qué os pasa, caballeros y doncellas (de la docencia) en vuestros intentos de enderezar entuertos y vencer a gigantes, endriagos, grifos y quimeras, así como toda suerte de eventos azarosos que la fortuna les depare en su tránsito por el territorio de lo educativo.¡Disfruten la aventura de educar en literatura!

1 comentario:

  1. Vale la pena comprar el libro completo porque me han quedado algunas dudas, p.e.: el autor explica al principio del texto que una de las debilidades de la enseñanza de la literatura por medio de talleres es probablemente la evaluación, esto por falta de criterios claros, y luego, más adelante cuando explica los principios de la secuencia didáctica, afirma que la evaluación debe ser progresiva, concertada entre profesores y alumnos, y con un componente metacognitivo, y aquí es donde surge mi duda: ¿Cómo se evalúan progresivamente aspectos como el "qué aprendo y para qué lo aprendo"? Ya que el "cómo lo hago y las dificultades que tengo", sí pueden ser valoradas, a mí entender, por evaluaciones progresivas, como él propone.

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